viernes, 8 de mayo de 2009
La iglesia (parte 4)
Empieza a pensar en el desconcierto de todos; en la tristeza de su pareja; el enojo de sus padre por haberlos hecho pagar la fiesta, el vestido y el catering; el llanto de su madre; la alegría de aquellos que nunca pudieron tenerla. Le gustaría poder llorar y sentir que todo es un grave error, que fue un momento de pánico, que sólo es cuestión de regresar, prenderse del brazo de papá y seguir adelante con lo pactado. Pero no llora y no va a regresar. En cambio tomará el primer vuelo a Europa que consiga y se quedará por los próximos quince años, sin tocar suelo argentino. No encontrará a otra persona en aquel país extraño, se lamentará el día que él se case en otra iglesia, no tendrá hijos, y la culpa le quitará una a una todas las posibilidades de reconstruir una felicidad alternativa.
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