sábado, 2 de mayo de 2009
La iglesia (parte 3)
Como si siempre hubiera usado altos tacos estrechitos, ella deshace sus pasos corriendo. La corona baila de un lugar a otro y el vestido se arrastra como queriendo quedarse, pero sus piernas no se detienen. Llega a la Avenida y le hace señas a un taxi para que se detenga. Sube y respira. Le pide al chofer que, en principio, se aleje de aquella iglesia: ya verán adónde llegan.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario