martes, 16 de octubre de 2007

Madre #1 - Madre #2

La carrera de Martina había comenzado a los seis años, el día después de que Madre #1 (hasta ese momento sólo había sido “Madre”) hubiera conocido a Madre #2. Madre #1 había sido una estrella salvaje de rock y Madre #2 era una actriz frustrada que había aspirado a trabajar en el teatro under, pero que había tenido que conformarse con ser actriz publicitaria o modelo. Las madres habían tenido un encuentro accidentado pues se habían conocido en un concierto en el cual la banda de Madre #1 había tocado de banda soporte. Como solía sucederle bajo los efectos lisérgicos, Madre #1 había saltado del escenario como de un trampolín y caído sobre un grupúsculo de personas que se había juntado allí para escucharlos y matar el tiempo hasta que comenzara la banda principal. El resultado fue que Madre #1 aplastó a dos de ellos: la que sería Madre #2, y su manager y esposo del momento, Ricky. Acostumbrada a los golpes y las caídas violentas bajo efectos alterados, Madre #1 se incorporó con agilidad y regresó al escenario a los saltos. Madre #2 no podía respirar pues el mango del bajo se le había clavado en la boca del estómago y Ricky entró en pánico al descubrir que dos botones de la camisa italiana se habían perdido. Enceguecido de enojo se dirigió al escenario para atacar verbalmente a la banda, olvidándose por completo de su novia que aún permanecía en el piso intentando recuperar el aire. La banda de Madre #1 tocó los últimos acordes de su repertorio y se retiraron al tiempo que la gente empezaba a avanzar y el recinto se llenaba. Ricky volvió desahogado pero ya no pudo encontrar a su novia entre la multitud que saltaba con euforia por la inminente llegada de la banda. Se imaginó que ella ya se habría levantado y que estaría en la barra bebiendo una gaseosa dietética para recuperarse. Optó por relajarse para disfrutar del concierto que tanto había esperado: nunca imaginó que en aquel preciso momento estaba pisando la dorada cabellera de Madre #2 que se había desmayado debajo suyo a causa del dolor. Después de esa noche ya no la volvería a ver pues la rockera que había saltado sobre ellos un rato antes la rescataría en pleno desenfreno musical.

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