viernes, 31 de octubre de 2008

Mala idea (parte III)

Me senté en la mesita, el primer invitado se sentó en un banquito junto a la hornalla donde se calentaba el agua para el mate. A mi no me gusta el mate, asique tomo vino. Mi roommate se quedó en el rincón, como observador no participante. Parecía que súbitamente el evento no le divertía tanto como había creído, pero como yo no tenía ganas de estar haciendo un esfuerzo por que todos se sintieran a gusto, no lo alenté para que se integrara. El primer invitado no parecía notarlo en absoluto.
A los quince minutos llegaron los invitados dos y tres, con sus respectivos gatos –Hölderlin y Matute- metidos dentro de dos mochilas que habían usado sus dueños para un viaje al norte el verano anterior. Pasaron y liberaron los gatos a su suerte en el living, donde Mantequilla y Presidente se mantenían a una prudente distancia. Los humanos nos metimos en la cocina donde esperaba el agua en su punto justo. Yo seguí tomando vino, y el invitado tres me acompañó.
-Es sábado, che.

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