viernes, 10 de octubre de 2008

Mala idea (parte 2)

El primer invitado llegó alrededor de las cinco: había dejado al gato (Presidente era su nombre) en el asiento de acompañante del coche porque al intentar bajarlo se había prendido del tapizado con las uñas.
-Habíamos dicho que les cortaríamos las uñas.
-Se me olvidó, disculpá. Ahora se las corto. Ayudame a sacarlo del auto.
Entre los dos lo sacamos, uña por uña, y entramos a casa. Mantequilla y Presidente no se vieron de inmediato, pero cuando lo hicieron se pudo palpar un cierto aumento en la densidad ambiental. Estábamos en la cocina y salimos al living: los vimos erizados, agazapados y sin sacarse la mirada de encima. Al verme crispada por los nervios, el primer invitado me sirvió una copa de vino y me dijo:
-Se están midiendo. Dejalos.
Volvimos a la cocina.

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