lunes, 15 de septiembre de 2008

Tengo una novia norteamericana - parte 5

"Pobre vieja, tengo que ir a visitarla o traermela un tiempito acá como para que conozca."
Pero no va a traerse a la vieja porque qué va a hacer la mamá de Matias sola en Los Angeles, sin saber inglés, sin un auto para moverse de un lugar a otro.
Matias mira a su alrededor: vive con Anna en un departamentito chico, pero simpático. Es caro para los metros cuadrados que tiene, pero entre los dos lo pueden pagar. Ella trabaja en un mall medio día, y estudia en un community college porque todavía no sabe qué quiere hacer. Llegó a Los Ángeles persiguiendo el sueño americano de todas las adolescentes del sur: devenir actriz en California, vivir la vida entre fiestas, alfombras rojas, vestida bajo el dulce manto del último grito de la moda. Tanto así que Matias tuvo que sacudirle un poco la cabeza para que se concentrara un poco más y pensara realmente qué quería de su vida. Él siempre se pone como ejemplo: está cursando su primer año de maestría en Comparative Literature. Cuando ella le pregunta y con eso qué piensa hacer, le responde lanzándole el discurso de la academia, la literatura como catalizador de la historia, la importancia de los eruditos, de los proyectos de investigación, y al final no termina diciendo nada, pero a ella la satisface y se deja convencer por un tiempo. Anna piensa que quizás sea una buena idea inscribirse en alguna universidad donde haya materias relacionadas con la ecología, tal vez hacer un undergraduate con major en biología marina – ya que están tan cerquita del mar.

0 comentarios: