-Cómo que te confundiste, hija? Es el único que hay; o me equivoco?
-No, no. Me hice dos, por si a caso. Y yo quería usar el otro.
-Te hiciste dos vestidos? Con razón… fue un ojo de la cara, sabés, no?
-Me tengo que ir a cambiar, papi.
-A vos te parece? Ya estamos media hora tarde…
-No, pá, no te preocupes. El otro vestido está en un departamento por acá cerquita. Todo calculado. Voy y vengo en diez minutos, no más.
-Bueno… querés que te acompañe?
-No, no, quedate por si alguien pregunta dónde estoy.
-Bueno, pero apurate, negrita.
domingo, 26 de abril de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario