lunes, 22 de diciembre de 2008

Aeropuertos del 2010 (parte I)

That’s just the way it is,
Things will never be the same.
That’s just the way it is.
(2Pac)

Biiip biiip biiip biiip biiip biiip biiiiip, suena el detector de metales.
-Please step to the side, ma’am.
-Yes, yes.
Veo que mis bolsos de mano, mi abrigo y mi pasaporte pasan por el escanner en sus recipientes de plástico rojo, sin crear alarma. El escándalo lo hago yo cuando paso por el detector de metales.
Pienso: hoy no me puse cinturón, me saqué los anillos y la cadenita que uso siempre y los dejé en el bolsillito de la cartera. En los pies tengo botas de cuero con suela de goma. Nada para sonar.
Tomándome del brazo como hacía mi padre cuando lo cansaba con mis caprichos, me aparta una mujer enorme. La deben haber elegido especialmente para este puesto por el tamaño intimidante que tiene. La miro y con un gruñido me indica que abra los brazos y las piernas. Traza el contorno de mi cuerpo con un aparatito que suena sin parar, como una alarma que advierte la llegada del enemigo. Empiezo a transpirar y pienso que es peor, que parezco culpable de algo. La mujer me está mirando con el ceño fruncido; parece que piensa. No se le escapa nada. Ni nadie, me inquieto. Trata de ubicarme dentro de alguna categoría de grupo humano amenazante a la vida pacífica del aeropuerto. Talibana, probablemente no; no doy el tipo. Tal vez sea narcotraficante; eso sí, no por nada soy sudamericana.

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