lunes, 28 de julio de 2008

Evatest vol 3

Esa noche tenía una cena con amigas y mientras se dirigía al lugar acordado decidió no tomar alcohol, por si al caso. Al llegar, sus amigas estaban allí y habían ordenado vino caliente. "Porque en el menú dice que cura todo, literalmente". Tomó asiento, probó un poco del vino de su vecina y ordenó una copa.

Por la noche, ya metida en la cama, tuvo miedo de olvidar el test la mañana siugiente. Barajó la posibilidad de levantarse, llevar la cajita que contenía el test al baño y colocarlo sobre la tapa del inodoro, pero le daba frío y ya estaba tan cómoda.

El murmullo se confundió con los sueños que tuvo esa noche. Era un manto celeste que la rodeaba a ella mientras perdía grandes cantidades de sangre y pedacitos de un bebé minúsculo con la cara de uno de los hijos de su jefe.

El test fue en lo primero que pensó cuando sonó el despertador y se dirigió al baño con lentitud. No temía, pero se sentía inquieta, y quería recordar con exactitud aquel ultimo momento de incertidumbre. Tomó la cajita, la abrió con cuidado para no estropear el test, leyó las instrucciones tres veces, se sentó en el inodoro con los pantalones del pijama en los tobillos y le hizo pis a la lengüeta por más segundos del tiempo indicado en el envase, por si al caso.

Sintió que algo faltaba.

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