miércoles, 14 de enero de 2009

Aeropuertos del 2010 (parte IV)

-You will have to follow us, ma’am.- me dice el hombre.
-My bags...- empiezo yo.
-We will carry them for you, don’t worry.
Desconfían de mi, pero todavía no pueden acusarme de nada.
Me conducen a un pasillo de puertas cerradas. Entramos en la tercera, pero el hombre se queda a custodiar desde afuera. La mujer me pide que me desnude y me coloque una bata. Me especifica que la ropa interior también debe ser removed. No se da vuelta mientras me desnudo: por el contrario, me mira con más atención que antes, como si pudiera tener algo escondido entre los pliegues de la piel. Mi espalda se encorva sola, se cierran los hombros sobre mi pecho. Cuando estoy desnuda, encogida, la mujer me da la bata. Me la pongo rápido y me acuesto en una camilla donde me ata los tobillos, las muñecas y la cabeza “para que no se muevan”. Transpiro con violencia y pierdo el control del movimiento de mis ojos que quieren captarlo todo, como si fuera la última vez que lo hicieran. La camilla se mete en un túnel, como una máquina para hacer tomografías, pero en este caso es para descubrir droga dentro del cuerpo. Porque mi cuerpo sonaba con la maquinita de la mujer. Yo me pregunto si la maquinita no estaría funcionando mal.

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