lunes, 16 de junio de 2008

pancita de mentira

-Tengo panza.

-Estás loca. A ver, mostrame dónde.

-Acá, ¿ves?

Se dobló hacia adelante desde la cadera, en un movimiento que llevaba el pecho hacia las rodillas, y hundió su índice en la zona del ombligo. En corpiño y bombacha, con los pelos colgando hasta el piso, se le llenó la cabeza de sangre. La imagen lo hizo reir. Ella se incorporó, lo miró con la boca muy cerrada y con una mano apoyada en la cintura.

-Estás loca.

Se terminó de poner los pantalones oscuros y la dejó sola en la habitación, en corpiño y bombacha, con el dedo índice todavía clavado en la zona del ombligo.

2 comentarios:

Pablo Calvillo dijo...

En cuanto el salio de la habitación, ella se miro al espejo muy de cerca y se dio cuenta de que evidentemente no tenia pancita. Todo había sido un pensamiento muy aleatorio.
Aun con una mano en la cadera, subió la otra hacia su cara y con su índice largo se apachurro la nariz charlantina y dijo: "pim pom". Se vistió y salio de la habitación.

Bichochán dijo...

en realidad no existe tal cosa como los pensamientos aleatorios, diría ella.
de todas formas, puede que los sucesos hayan continuado de ese modo, joven.